Melancolía: Una historia por revisar
Alberto Waxsemodion - 26/04/2017
Por portavoz - 21/04/2012
“La satisfacción de ser retratado en pintura era la satisfacción de ser reconocido personalmente y confirmado en la propia posición; nada tenía que ver con el deseo moderno de ser reconocido en solitario por lo que uno es realmente.“
–John Berger
El Antiguo Colegio San Ildefonso trae en esta ocasión una exposición bastante peculiar para los tiempos modernos en los que vivimos: una recopilación de lo mejor del arte figurativo expresionista del pintor sueco Johan Falkman.
Esta exposición compila el trabajo desarrollado entre los años 2004 y 2011; una obra lo suficientemente reciente como para mantener un diálogo vivo con su autor y sus inquietudes.
Falkman se ha inscrito en la corriente expresionista del siglo XVII y XIX, adjunta a las tendencias de la Europa Germánica y Nórdica. Esta situación parece remarcarlo en dos vertientes del conocimiento: el estudio de la psique, y el reflejo del yo; el alter ego.
Todas sus obras son retratos vivos y elocuentes de individuos que se miran, se expresan y evocan sus propias emociones. En clara actitud de ser retratados y observados en la posteridad, del mismo modo que la fotografía y el video lo hacen.
Y en esa misma idea, su obra tiende a manejar el doble plano, una suerte de profundidad de campo, donde, evidentemente, lo que más interesa mostrar aparece en un primer plano. Además del bueno uso de la iluminación como herramienta para determinar justamente el ángulo en que la pintura debe ser observada.
El uso del empaste es muy adecuado; muy pronunciado, en algunos casos, en los rostros de sus retratados, muy ligero y sutil en esos fondos y objetos que componen la obra; quizá su intención es darnos una guía precisa de cómo debemos verlo y qué es lo que realmente importa en la pintura, así mismo como sucede en la narrativa, el énfasis de lo verdaderamente importante, está claramente expreso, no dejando nada a la suposición o especulación.
Sin embargo, su mensaje subsecuente; el famoso subtexto en el teatro, es ponernos frente a un espejo y mirarnos con todas nuestras virtudes y fallas, físicas y emocionales, para decirnos que en el fondo, somos humanos, iguales: el otro y el yo.
Más información:
*Del 23 de Marzo al 15 de Julio.
Texto y fotografías: Juan Diego Bautista
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