El historiador y filósofo francés Michel de Certau inicia uno de los capítulos relativos a la memoria en su libro “La invención de lo cotidiano” planteándola como un espacio de lucha. En ella explica que “En la relación de fuerzas en que interviene, la mètis es el arma absoluta, la que vale a Zeus la supremacía entre los dioses”. Esta lucha requiere partes que se enfrenten, requiere una voluntad que busque ejercer control sobre la memoria, que inscriba una economía sobre ella o que a efectos de tornarla a su favor, cambie el sentido de aquello que se rememora. Quién puede olvidar la seriedad con la que Díaz Ordaz plantea en una entrevista donde se le interroga por el evento del 68 que él, sin duda, no tiene manchadas las manos de sangre, que él se sacrificó en pro de salvar el país con algo más de horas de trabajo burocrático lo cual lo lleva a estar más orgulloso que nada de aquel año en específico. Este caso nos permite ver hasta que punto la memoria efectivamente es un campo de lucha, un campo de poder. Otro evento que vale la pena recordar fue aquel camión bomba que Escobar mandó poner frente al periódico colombiano El espectador en 1989. Dicho medio periodístico era de los pocos que decidió enfrentarse al control de información no oficial que ejercía el narcotráfico en el país. Los ejemplos sin duda son numerosos, pero hacia dónde quisiera perfilar la presente reflexión es a preguntarme cuál es el estatus de la memoria frente a las nuevas tecnologías.
Estamos atravesando tiempos donde somos testigos hasta que punto la diseminación de información vía internet puede ofrecer una alternativa a la censura que ejercen muchos gobiernos en los medios oficiales. En una época en que la lucha parece estarse encaminando hacia el control de la información -como podemos apreciar frente a los recientes casos de personajes como Assange o Snowden- las posibilidades que ofrece esta interfaz como medio de información y consecuentemente la producción de una memoria viva e inmediata de los eventos, cobra cada vez más importancia. Lo que en otros tiempos implicó una lucha por controlar la información que se colaba y diseminaba en medios impresos no oficiales como es el caso de la Francia en el siglo XVIII, hoy se vuelca innegablemente a este medio. Los tiempos han cambiado, ya no hay monarcas que envíen a los sospechosos a la guillotina pero si hay gobiernos que pueden ejercer otro tipo de amenazas. Vivimos en una cultura de la vigilancia, como bien ha mencionado el cypherpunk Jérémie Zimmermann. Internet junto con google y redes sociales son el mayor aparato de control contemporáneo, de modo que esto ha llevado a los gobiernos a implementar una serie de mecanismos de control como son SOPA, PIPA y ACTA. Esto quiere decir que la lucha básicamente se ha vuelto de algún modo inmaterial, o al menos ha cobrado tintes de serlo y frente al esfuerzo por controlar, muchos de los activos en línea encuentran formas de eludir estos mecanismos siendo que frente a todo, internet se inscribe como una nebulosa que ofrece la posibilidad de transgredir los límites impuestos, aunque dichas transgresiones eventualmente vayan a ser bloqueadas.
El campo de la práctica artística no se ha quedado atrás. Aunque si bien creo que este proyecto implica mucho más, considero que vale la pena retomarlo a efecto de reflexionar sobre las preguntas iniciales. En 2010, surge un proyecto lidereado por un blogger chino anónimo que se tituló Bloody Map Proyect. Básicamente el blogger se dio a la tarea de hacer una suerte de memoria electrónica en torno a una serie de evicciones forzadas que estaban ocurriendo en numerosas zonas del país. Al parecer, aquello que finamente lo impulsó fue una evicción que aconteció durante una tarde en el pueblo de Baihutou en Beihai, Guangxi[1]. Fue entonces cuando tomó la iniciativa de dar cuenta de estas situaciones generando un registro de dominio público donde se tenían inventariadas las violentas evicciones que estaban teniendo lugar desde el 2007, año en que el gobierno empezó a pedir cuentas a los mandatarios locales sobre el crecimiento económico que se estaba generando en la zona. Frente a estas demandas imposibles de satisfacer, los gobiernos acudieron a préstamos por parte de Bancos que se estaban finalmente tornando insostenibles, conllevando que la única medida posible fuera entonces desalojar a miles de familias, quienes a cambio de ínfimas cantidades de dinero, eran obligadas a dejar sus hogares a efectos de que el gobierno vendiera sus terrenos para la construcción de unidades habitacionales, carreteras y nuevos proyectos sobre todo de índole privada.
Fue así que el blogger decidió tomar medidas contra esta situación que se estaba gestando y que prácticamente no estaba llegando a los medios de comunicación debido a la censura mediática que existe en la República. Elaborando un mapa interactivo en google maps, donde se colocaba registro de todos estos casos de violentas evicciones a efectos de expropiación. El proyecto no sólo busca dar cuenta de la situación a partir del mapeo que ha crecido exponencialmente, sino que buscaba por otra parte, generar una suerte de incidencia en los compradores interesados en los terrenos pudiéndose de esta forma concebir como un mapeo inmobiliario de la sangre derramada a partir de los desalojos, así como propiciar una suerte de memoria histórica que diera cuenta a generaciones futuras sobre los eventos que seguramente no estarían inscritos en la historia oficial.
En cuanto a la dinámica, esta se articula en dos partes: por un lado existe un mapa interactivo dispuesto a intervención de los usuarios y por otro un mapa editado por el blogger que da cuenta de todos aquellos casos que fueron ya corroborados. En los mapas podemos apreciar toda una serie de símbolos que aluden a diferentes condiciones; los volcanes representan los sitios donde las expropiaciones fueron realizadas de modo violento (agua a presión o bombas molotov), las camas muestran aquellas evicciones donde hubo muertes implicadas, las flamas[2] indican casos en que los habitantes atentaron contra su propia vida. Y finalmente, cabe mencionar que cada caso que se registra tiene que ser corroborado con alguna especie de información que sustente la denuncia.
En cuanto a la situación actual del proyecto parece ser que encontrar el mapa en línea, al realizarse la búsqueda en China, resulta sumamente complicado, no obstante el proyecto ha logrado tener un impacto gracias a artículos publicados en medios de otros países donde se aborda el proyecto y la problemática. Este ejemplo muestra entonces claramente de qué modo el internet como herramienta confiere posibilidades para la escritura de una historia no oficial. El proyecto sin duda responde a acontecimientos históricos de índole política y económica que de otro modo hubieran permanecido en la sombra, siendo que no resulta conveniente que éstos se filtren. De este modo, el gobierno procede entonces a aplicar una suerte de economía de la memoria para borrar estos eventos incómodos. Internet hoy sigue siendo un marco donde puede aplicarse la fuerza que caracteriza a las prácticas del poder, sin embargo, sus amplias posibilidades de transgresión han logrado que se puedan verter a su favor. En este contexto, la producción de memoria se presenta precisamente como este campo de lucha del que se habló al inicio. La voluntad por legislar esta nebulosa se torna cada vez más evidente y frente a la cual la libertad que solía implicar internet como un espacio autónomo se ve cada vez mas sesgado. No obstante sigue siendo un lugar para la resistencia y hasta que se logre efectivamente legislar lo que ahí ocurre, esta resistencia puede tener aún consecuencias para la producción de una memoria política que no se alinee con la normatividad generalizada que permea en muchos sentidos la información que diariamente recibimos la cual está sujeta a políticas de la memoria impuestas por una hegemonía que tiende cada vez más a la construcción de una historia vacía.
[1] Para mayor información puede consultarse el siguiente link: http://rolandwegerer.wordpress.com/2011/10/19/bloody-map/
[2] “In one of the most recent cases – dutifully marked on the map with a fire icon – two brothers in Jiangxi Province climbed to the roof of their home an lit themselves on fire [http://www.zonaeuropa.com/201009a.brief.htm ] with gasoline after their daughters were detained by police on the way to protest the family’s imminent eviction.” En: http://blogs.wsj.com/chinarealtime/2010/10/29/chinas-blood-stained-property-map/