Mira mira...

Por - 13/06/2013

Es muy cierto aquel dicho, “El que no enseña no vende”. Las redes sociales e Internet han facilitado la tarea de divulgación. Hasta hace apenas un par de décadas, artistas, diseñadores y arquitectos estaban no solo limitados a los pocos medios de difusión que tenían al alcance, también dependían de las relaciones publicas que estos hubiesen tenido (muchas o pocas) para que les abrieran las puertas al edén de los medios de información.

Hoy en día cualquiera se va al cielo, ahora el problema es ¿cómo bajamos los egos de ahí?… De aquellas generaciones que vivieron en el “infierno” del anonimato y que nunca fueron publicados, sólo nos queda su excelente trabajo. Cuando descubro algunas de estas piezas en casas de amigos, museos o en el espacio público sólo me queda el deseo de haber conocido más de la obra de aquel autor anónimo. Creo que estos artistas, diseñadores y arquitectos anónimos trabajaban dedicados a su oficio, poco se distraían o bien invertían un pequeño porcentaje de su tiempo en la difusión de su obra. Luis Barragán decía: “Un buen arquitecto es el que lleva una obra a la vez”.

Nuestro presente ofrece sin duda otras opciones y dinámicas, hoy trabajamos en grupo, con sistemas y plataformas que pueden hacer mas eficiente nuestro trabajo, especialistas se incorporan a nuestros proyectos para ofrecer una mejor solución. Es posible que Barragán hubiera llevado varias obras al mismo tiempo con estas posibilidades, la pregunta es si él hubiera sacrificado su oficio por la “fama”.

Tengo la impresión de que algunas personas hoy en día se preocupan más por la difusión de su trabajo que por su propia obra, consideran la fama como un fin, y no como un reconocimiento o consecuencia del trabajo y trayectoria. Estamos en la era del Pop, la era de los Rockstars de 5 minutos. Por mas que me guste una rola de Mc Hammer, no puedo compararlo con Mozart, o Philip Glass, guardando sus justas proporciones.

Retomando el dicho “El que no enseña no vende” creo que es importante atender y ocuparse primero en qué queremos vender antes de enseñar. Enseñar por enseñar verdaderamente no nos va a llevar a ningún punto. En lo personal, después de muchas publicaciones, creo que solo en 2 ocasiones me han comisionado un trabajo porque el cliente nos encontró en una publicación, el resto del trabajo ha sido resultado de la recomendación, de voz en voz.

De ninguna manera descalifico o demérito las publicaciones, simplemente ésta es una reflexión para encontrar su justo valor, encontrar una proporción entre nuestro oficio y su divulgación, así como ocuparnos más en lo que nos corresponde en este mundo terrenal; Diseñar.

Más información: www.arielrojo.com

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