El Futuro lo construimos nosotros mismos: Sobre Diseño, Sustentabilidad y el Futuro

Por - 08/05/2014

La Utopía siempre ha seducido al diseñador. Nosotros los diseñadores siempre nos imaginamos sociedades en las que en un futuro podríamos vivir en mansiones con domos junto a la naturaleza, manejando nuestros autos voladores y demás ideas que dábamos por hecho que iban a pasar… Una manera de pensar bastante irresponsable por que de repente cuando nos damos cuenta ya pasaron cosas como una isla formada enteramente de basura en el Pacífico: http://en.wikipedia.org/wiki/Great_Pacific_garbage_patch Es común que el diseñador no reconozca la parte entrópica, la variable que no contemplamos y que puede convertir nuestro futuro en una Distopía.

¿Cuál ha sido nuestra relación entre el futuro utópico y las constantes bofetadas de la realidad?

Revisemos:

En la década de 1930, Richard Buckminister Fuller, el Arquitecto responsable del domo geodésico populariza el termino “Spacehip Planet Earth”, donde se empieza a crear consciencia de que los recursos de la tierra eran limitados y cómo todos los habitantes debíamos colaborar juntos para un mismo fin, como si todos viajáramos una nave espacial. El Diseño es influenciado por el Sci Fi. Bucky Fuller tenía esta filosofía un tanto utópica que se refleja en una serie de inventos que los brandeaba como Dymaxion, en las que buscaba mejorar la condición de vida humana. Dymaxion es una palabra compuesta de Dynamic, Maximum y Tension. El ejemplo que más me gusta es el Dymaxion Car, que básicamente era el concepto de un auto que gracias a su forma radicalmente aerodinámica podía transportar hasta 11 personas con una eficiencia de consumo de 30 millas por galón y que en teoría podía alcanzar velocidades de 190 km/h. Después del coche, Buckminister Fuller ideó la casa Dymaxion como una manera de mejorar las técnicas de construcción existentes. La casa venía en un kit pre-fabricado que se instalaba in situ, diseñada para adecuarse a cualquier lugar o entorno y para utilizar los recursos de forma eficiente. Aunque estos dos proyectos nunca se convirtieron en productos comerciales, sí influenciaron a diseñadores actuales para crear cosas más eficientes, menos costosas y adaptables al medio ambiente.

Factores socio-culturales también pueden influir en la manera en que diseñamos…

En 1968, la humanidad se vio a ella misma por primera vez gracias a una foto de William Anders que tomó desde la Luna en la misión Apollo 8. También sucedió la crisis energética en 1970, donde por primera vez pudimos tener la experiencia de que nuestros recursos no son para siempre. No me sorprende que al mismo tiempo haya surgido el movimiento Hippie, el grupo ambientalista Friends of the Earth o los más radicales Greenpeace. En 1968, también sale la primera edición del “Whole Earth Catalog” donde se enlistaban todo tipo de productos, como libros, ropa, herramientas, ropa, etc. Artefactos para un estilo de vida creativo y auto-sostenible. En los años 70, vemos a diseñadores como Victor Papanek y James Hennesey que empezaron a examinar nuevas maneras en las que pudiéramos diseñar nuevos productos utilizando menos energía y con materiales reciclados. Papanek y Hennessey diseñaron diversos gadgets enfocados al tercer mundo. Un ejemplo es este radio que, en vez de utilizar electricidad, utiliza el calor de una mecha con parafina o estiércol de vaca o papel. Este radio capta todas las estaciones pero según ellos no hay problema porque “En el tercer mundo sólo existe una estación”.

Otro ejemplo, que me gusta más que el radio, es el libro “Nomadic Furniture” donde Papanek y Hennesey nos muestran maneras en que el ciudadano moderno puede construir prácticos muebles utilizando materiales baratos y/o reciclados. Este libro inicia la cultura DIY del diseño, tan famosa ahora, como se refleja en una reciente exhibición en Viena.

En los años 80, gracias a eventos como el desastre de Chernobyl, por primera vez la sociedad empezó a tener conciencia del impacto que causamos. Empezamos a escuchar cosas como “Green Design” o “Eco Design”. Estos conceptos siguieron siendo un poco ambiguos; en 1990 no existía un punto de referencia de qué exactamente se consideraba como “Diseño Verde” o“Eco-Diseño” o “Diseño Sustentable”, por eso muchas corporaciones tomaron ventaja de vender sus productos como “Ecológicos” utilizando referencias de lo que el consumidor percibe como“ecológico” mientras que el producto seguía manteniéndose igual.
En 1999 sale al mercado este librito llamado Crade to Cradle, que ya todos conocemos pero creo que es importante mencionar. Hasta ahora se pensaba que el diseñador tendría que tomar en cuenta el ciclo de vida desde la cuna hasta el cajón, donde el mejor escenario era el reciclaje limitado. Y ahora todos ya estamos en el barco de Cradle to Cradle, donde convertimos desperdicios o productos inservibles en nuevos materiales o mejores productos, siendo el mismo libro un ejemplo de la filosofía al no estar hecho de papel sino de plástico, considerado un “nutriente técnico” en el ciclo de vida del desarrollo. Y todo esto sin mencionar su continuación actual, The Upsycling, un libro donde se propone una sustentabilidad a través de la abundancia.

Pero el tener buenas intenciones no es suficiente porque nos puede alcanzar la realidad…

Un ejemplo es el Roundabout Playpump. Este “carrusel”, además de ser un juego para niños, es una bomba de agua que se extrae del subsuelo y se almacena en un tinaco para el uso de la población local.
Esta idea aparentemente brillante ha atraído millones de dólares en ayuda humanitaria para instalar 4000 juegos en varias partes de África y de esta manera brindar agua a 10 millones de personas. Pero como uno necesita 15 litros de agua para vivir, los niños tendrían que “jugar” 27 horas diarias para cumplir con esta promesa. Estas “buenas intenciones” son un disfráz de explotación infantil. Una buena manera de evitar este tipo de errores es involucrar en el proceso del diseño a ONG’s y a comunidades a las que el diseño va dirigido.
Un ejemplo de este tipo de colaboraciones es la Estufa Sapoorna Chulha, una estufa dirigida a comunidades en desarrollo en India, donde acostumbran a cocinar con combustibles sólidos, siendo esto un gran peligro de salud por el humo tóxico que emana. Estos diseñadores no hubieran llegado a tan buen resultado si no se hubieran involucrado con la comunidad.

Pero el diseño también puede ser algo tan abstracto como una metodología.

La compañía de diseño estratégico IDEO diseñó este“Toolkit” dirigido a ONG’s y/o Emprendedores sociales que trabajan en lugares de extrema progresa en Africa, Asia o America Latina. Este toolkit les ayuda a identificar necesidades mucho más profundas tomando en cuenta el factor humano.

El diseño también puede ir de la mano con la educación. Y no sólo la educación universitaria.

Project H, una iniciativa iniciada por la diseñadora Emily Pilloton, busca para transformar comunidades a través de implementar herramientas y metodologías de diseño en educación publica. Muchos de sus proyectos buscan que los estudiantes, que pueden ser desde primaria, no sólo diseñen, pero también construyan sus proyectos.

Por otro lado podemos realizar pequeños cambios que beneficien de manera exponencial una necesidad.

Esta lámpara solar del artista Olafur Eliasson que brinda luz eléctrica a comunidades “off the grid”. Ya sabemos cual es el impacto en una sociedad al llevar luz eléctrica, ¿no?
Ahora, también hay que tener cuidado con los dogmas o ideales que pueden surgir al diseñar de manera sustentable. Un ejemplo es el Phonebloks, una idea bastante interesante que promete reducir el consumo de componentes electrónicos y aumentar la vida util del aparato al tener estos componentes tipo lego. Aunque en papel la idea parece ser bastante revolucionaria, en la vida real tal vez no vaya a funcionar. Una razón es la Ley de Moore, donde la tendencia de que los procesadores sean cada vez más rápidos es resultado de que son circuitos integrados. Phonebloks simplemente quiere nadar contracorriente a una tendencia que, estemos o no de acuerdo, simplemente no va a cambiar. Y razones hay bastantes, desde costos de certificación, incentivos para diferentes productores o simplemente que el mercado está más interesado en algo integral que en sus partes.
Recientemente Phonebloks se convirtió en Project Ara, tras la participación de Motorola. Acá pueden encontrar mas análisis al respecto:
http://www.forbes.com/sites/quora/2013/10/30/analyzing-the-ara-project-of-googles-motorola-subdivision/

Pero al final, este tipo de proyectos integrales se van a ver más como el Lunchbox Projector. El Lunchbox Projector es un proyector hecho enteramente con productos comerciales como celulares o linternas de mano, construido (o hackeado) en pequeños talleres informales de reparación de celulares, brindando una herramienta súper barata a escuelas en zonas rurales de India.

El diseño sustentable también puede ser una herramienta para crear diálogo y experimentación social.

En la “Cocina Solar” de Marti Guixe, se utilizan sólo reflectores solares para calentar la comida, lo cual hace que este restaurante dependa directamente de la luz solar. Sólo abren en días soleados.

También el diseño puede ser una herramienta para el diálogo, como podemos ver en este proyecto de graduación del RCA de Thomas Thwaites, donde él decide hacer su propia tostadora, desde extraer y transformar el material para fabricarla. Otra opción es utilizar el diseño como una herramienta de especulación, como la propuesta del Microbial Home de Philips Design, donde se propone un “ecosistema” que utiliza microbios para solucionar problemas de energía, limpieza, preservación de comida, luz y desechos humanos.

También existen en el Diseño proyectos que proponen ideas más radicales como en MicroKindoms http://www.unitedmicrokingdoms.org/ de Dunne & Raby, donde se preguntan, entre otras cosas, ¿por qué no en vez de transformar al planeta, nosotros somos los que nos transformamos a nosotros mismos? Por mencionar un ejemplo, se propone un escenario donde las personas empiezan a diseñar de manera DIY bacterias que puedan procesar celulosa, abriendo un enorme panorama de lo que podemos comer.

Al final, el Diseño nos puede dar herramientas e para construir el futuro. Pero es nuestra responsabilidad encontrar este balance; buscar la Utopía (lo ideal), reconocer la Distopía (lo indeseable), o tal vez una Heteretopía (gracias Eli por el tip) donde no nos daría pena imaginar y construirnos nuestro futuro y a nosotros.

 

Fotografía: Proyecto The Anarco-Evolutionist de Dune and Raby

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