Fischli & Weiss: la importancia de la vida del objeto común

Por - 13/06/2016

Peter Fischei y David Weiss se encontraban en Los Ángeles, California. Entraron a una tienda de disfraces y compraron el de una rata y el de un oso panda. En Estados Unidos comenzaron a rodar la película La mínima resistencia (1980-81) para posteriormente regresar a Suiza donde añadieron los diálogos: los personajes buscan al mismo tiempo la fama y el sentido de la vida. En 1983 Rata y Oso volvieron a escena para grabar El camino correcto, una expedición por los Alpes suizos cuyo ritmo está marcado por un vaivén entre la empatía y la pelea.

 

En 2008 los artistas hicieron una escultura titulada Rata y Oso (durmiendo) en donde reproducen los disfraces en una escala más pequeña. Los animales están acostados junto a sus cobijitas, tomando una tranquila siesta, que se hace evidente por su respiración tranquila y constante. Esta pieza pertenece a la Colección Jumex y es una de las primeras que se presenta en la exposición Peter Fischli David Weiss Cómo trabajar mejor en el museo construido para albergar dicha colección.

 

Si algo venimos arrastrando desde el romanticismo, como un rastro añejo que pica las fosas nasales,  es el enamoramiento del artista de sí mismo, su supuesta excepcionalidad. El artista que espera palmaditas en la espalda por sus descubrimientos, por su capacidad crítica y por sus destrezas técnicas (hoy todos somos artistas, dicen) es una figura que en Fischli & Weiss no aparece, a favor de un trabajo dialógico que Nat Trotman, curador de la exposición, explica diciendo que los artistas pasaban la mitad del tiempo en su estudio platicando sus proyectos, para separarse, realizar cosas en solitario y contrastarlas hasta llegar a un resultado.

 

Esta subjetividad dialógica que opera en la gran escena que es el mundo, se observa desde su Serie Salchicha (1979), con la que abre la exposición, en donde no buscan un registro de lo real; no hay un ojo privilegiado del artista que dice mundo, más bien hay dos hombres trabajando con humor para proponer que cualquier escena es artificial.

 

La serie está formada por diez fotografías en donde los artistas construyeron escenarios y escenas con productos alimenticios y objetos cotidianos, que van de la compra de un tapete al hundimiento del Titanic. La mundanidad de los materiales y los temas que seleccionan se posicionan a un lado de la tradición de la alta cultura para asumir una estética cercana al do it yourself, popular en la escena punk que los artistas compartieron.

 

Si alguna verdad se revela en las fotografías es la de su propia construcción, que en su absurdo y en su simpleza hacen un comentario a cómo el sujeto no está disociado de su mundo, sino que es el mundo de sus objetos el que hace que al ser humano le sea posible transitar. El problema no es el amor a los objetos o su fetichización sino las causas diversas de su elección.

 

Este mismo proceder se ejemplifica en una de las series más conocidas de los artistas, Equilibrios (una tarde tranquila) (1984-1986) donde apilaron objetos cotidianos como utensilios de cocina, alimentos, llantas y zapatos que no soportarían estar configurados en esas posiciones por mucho tiempo. De hecho, muchas de estas esculturas solo se mantenían en pie el tiempo necesario para ser fotografiadas.

 

Después de su captura, a cada imagen le otorgaban un título excéntrico como El señor y la señora pera con su perro nuevo. La tensión entre texto e imagen genera un campo semántico nuevo en donde la utilidad del objeto se cuestiona para llevarlo a límites inusuales en donde parece que su inercia cobra vida.

 

En el segundo piso de Museo Jumex el carácter de baratija de los objetos se ve acentuado. Esta vez en lugar de traer objetos del mundo para reconfigurarlos, los copian realizando Instalaciones de poliuretano (1991-). Estos objetos los comenzaron a realizar a principios de la década de los ochenta, sin embargo fue hasta la década de los noventa en que reprodujeron los objetos de su estudio, así como otros que pueden encontrarse en el contexto del museo o la galería. Las piezas fueron talladas y pintadas a mano.

 

Con los cascarones de poliuretano los artistas pasan de dar vida a los objetos a presentarlos como un escenario cotidiano y muerto, parecido a una ruina que queda silenciosa y solitaria tras la ausencia del ser humano que la construyó. El hecho de que estas esculturas apunten a la cotidianidad deja de lado la tradición que busca representar una forma o enmarcar un espacio. Si la escultura es el lugar en donde observamos con atención la materialidad de un objeto, las Instalaciones de poliuretano (1991-) revelan que en realidad vivimos en un mundo de esculturas que desechamos como la caja de pizza; que nos son útiles como el rodillo; o que complacen y enferman nuestra existencia como la maravillosa cajetilla de cigarros.

 

Peter Fischli David Weiss Cómo trabajar mejor es una exposición viajera, primero se presentó en el Guggenheim de Nueva York junto a un catálogo con textos e imágenes que tradujeron al español y que cuesta casi 1000 pesos en la tienda del museo. Tras tres décadas de trabajo David Weiss murió. Peter Fischli sigue vivo y decidió participar en el acomodo de la exposición. Él fue el que escogió la disposición de De pronto este panorama (1981-) en donde intentaron reunir todo el conocimiento universal en un solo lugar con pequeñas esculturas en arcilla.

 

En la sala, la esculturas están demasiado cerca las unas de las otras, desafiando la seguridad normada que evitaría que una cayera al suelo y se quebrara en no sé cuántos pedazos. Esta decisión, es decir, el que Peter haya decidido mantenerlas juntas me hace pensar en que más que cualquier valor económico, histórico, material, que se le pueda otorgar a las piezas, lo que se está valorando es el diálogo con el espectador al que se le presenta este pequeño universo de arcilla, de cerca, sin vitrinas, en pedestales que forman caminos estrechos para que pueda ver De pronto este panorama.

 

Sin duda, la mejor exposición en un museo de la ciudad este verano.

 

Peter Fischei David Weiss: Cómo trabajar mejor se puede visitar en el Museo Jumex hasta el 4 de septiembre de 2016.

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