CÓMO INFLUENCIAR A LA SOCIEDAD A TRAVÉS DE LA CREATIVIDAD

Por - 13/02/2014

Dicen por ahí que para que exista una democracia es necesario que la sociedad política tenga una contraparte civil. Sin esta contraparte, no hay un estado legítimo.[1] Ahí la importancia de que hayan organizaciones cuyo objetivo no sea ganar dinero, sino mediar entre el Estado y nosotros, los ciudadanos.

 Aunque este tipo de organizaciones existen, muchas de ellas son una extensión de grandes corporaciones cuya actividad principal es deducir impuestos y posicionarse con una percepción positiva en nuestra sociedad. Esto trae como consecuencia que, a pesar de las buenas intenciones de estas fundaciones o asociaciones no gubernamentales, el resultado de sus acciones resulte tibio o influenciado por la agenda de las corporaciones que las crearon.

 Por otro lado, también existen movimientos sociales que se generan a partir de situaciones especificas, comúnmente relacionadas con alguna injusticia social. Y es gracias al crecimiento de las redes sociales y el Internet, que podemos ver como estas están cada vez más presentes en el contexto internacional. Ejemplos hay muchos. Uno de ellos el “Arab Spring” que, utilizando plataformas como Twitter y Facebook, creó una ola de protestas y demostraciones que dieron como resultado el derrocamiento en Tunisia, Egipto, Libia y Yemen.

En Estados Unidos tenemos el ejemplo de Occupy Wall Street, un plantón en Zucotti Park incitado originalmente por la revista Adbusters para protestar sobre la desigualdad económica entre la sociedad civil y las corporaciones. Occupy se convirtió en un movimiento internacional, debido en parte a la información táctica compartida a través de plataformas electrónicas, y las protestas se fueron replicando en varias ciudades de Norteamérica y Europa Central.

 En Brasil, el junio pasado se registraron demostraciones públicas en varias ciudades para protestar contra el incremento que se realizó en los precios del transporte público con el fin de apoyar los gastos de la copa del mundo. Algo similar ocurrió el mayo pasado en Turquía donde hubieron protestas masivas contra un plan urbano que acabaría con el parque Taksim Gezi. Estos últimos dos movimientos sociales se diferenciaron de otros por su buena organización y su impacto internacional. Algunos expertos atribuyen tal impacto al crecimiento de la clase media en Brasil pero sobre todo, a la existencia de plataformas sociales en el Internet.

 No es sorpresa que iniciativas gubernamentales como SOPA o PIPA busquen regular el Internet. Y que bueno que existen organizaciones civiles, como la Electronic Frontier Foundation, que intentan defender la libertad de la sociedad dentro de las nuevas plataformas tecnológicas.

Pero la participación en nuestra sociedad no tiene que ser solamente a manera de protesta o como una sociedad civil. También es posible generar herramientas creativas que puedan propiciar un cambio. Un ejemplo es The Other Market, un proyecto del diseñador colombiano Pablo Salazar, donde, utilizando diversas herramientas creativas, se crean plataformas de intercambio de bienes sin utilizar dinero. Este nuevo modelo de economía informal ya está empezando a replicarse en varios lugares de Europa.

En México tenemos varias muestras de iniciativas civiles que están intentando influenciar a la sociedad utilizando la creatividad como motor de cambio. Un ejemplo en la Ciudad de México es La Plataforma de Investigación Nerivela, una organización de investigación social que, mediante la creación de plataformas de reflexión pública donde cualquier persona puede formar parte de la conversación, utiliza herramientas artísticas y literarias para generar diálogo y crítica.

Otro ejemplo que me viene a la mente es La Casa de Nadie en Xalapa, Veracruz. Este espacio cultural independiente, ubicado en una vieja casona en el centro de la ciudad, es utilizado por diversos artistas, diseñadores y músicos, como una plataforma de intercambio de conocimiento. En Monterrey existe Toc Toc, una iniciativa que impulsa la cultura creativa de la región del norte de México organizando eventos culturales, intervenciones urbanas y plataformas sociales que acercan la escena creativa a la sociedad.

Pero no necesariamente se tiene que formar una organización como tal para lograr cierta influencia en la sociedad. Sólo necesitamos un poco de creatividad y tal vez algo de buen humor. Regresando a la ciudad de Xalapa, tenemos el ejemplo del Candigato Morris. Todo empezó cuando un grupo de amigos decidieron postular a su gato, Morris, con la idea de “acabar con tanta rata en el gobierno”. Al final la broma se convirtió en una forma de protesta para señalar la inconformidad de la sociedad con las opciones de candidatos que se postulaban en diferentes regiones en México.

Como último ejemplo, les quiero compartir un video hecho por un grupo de estudiantes de diseño gráfico en [2]Holanda, como protesta contra los cortes masivos en educación de parte del gobierno. Lo que me encantó de este video es cómo con muy pocos recursos, un poco de After Effects y con mucha información, puedes hace llegar tu mensaje a lugares inesperados.

Puedes ver el video acá: http://www.youtube.com/watch?v=SQjSEjROKnM

¿Sabes de otra forma en la que podemos utilizar la creatividad como herramienta de cambio social?

¡Me encantaría saber!


[1] TOURAINE, Alain. ¿Qué es la democracia? Fondo de Cultura Económica, México, 1995. p. 65.

[2] Gracias Miguel Melgarejo por poner este video en tu wall de Facebook.

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