Manuel Cerda
- 28/01/2012
Por - 22/08/2016
Los proyectos de “Aulas para la equidad” que actualmente corren a cargo del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) tienen su origen en la Facultad de Arquitectura de la UNAM ya que como alumnos integramos plusvalías a los proyectos de aulas rurales dotándolos de valores como identidad cultural, sustentabilidad, flexibilidad y factibilidad constructiva y económica. El Programa de Aulas para la equidad de dicha Comisión involucra actualmente a varias Universidades del país que participan en el desarrollo de proyectos de espacios educativos en comunidades rurales de distintas regiones del territorio nacional.
La historia del primer proyecto en la Sierra Gorda de Querétaro
A principios del año 2012 yo me encontraba en la Universidad en la etapa de titulación y tenía el interés de desarrollar un proyecto en una zona rural que me permitiera involucrarme con un sector social desfavorecido y al mismo tiempo concretar un proyecto desde su planteamiento hasta su construcción.
Gracias a mi asesor de tesis, Francisco Hernández Spínola, supe que mi compañero Adalberto Gómez Chong trabajaba en el re-plantemiento de los proyectos de aulas rurales en el Departamento de Planeación de CONAFE. Lo visité en sus oficinas y me explicó que lo primordial era dotar a los diferentes proyectos de una arquitectura específica para cada tipo de clima a diferencia de los modelos “estándar” que se contruían anteriormente.
Iniciamos entonces una investigación en la que visitamos tres comunidades en Hidalgo y dos en Querétaro; en este último estado llegamos a Sabino de San Ambrosio. Es una comunidad otomí que se encuentra en un valle montañoso del semi-desierto queretano; cuenta con menos de dos mil habitantes, el clima es seco y la vegetación está conformada por cactáceas, mezquites y pirules. De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (CONAPO), sus habitantes tienen un grado de marginación alto al no contar con una infraestructura escolar apta para atender la demanda educativa de la localidad.
Los padres de familia de la comunidad, en su anhelo por dar a sus hijos un espacio educativo que les permitiera salir del abismo marginal del que son parte, se pusieron en contacto con las dependencias asistenciales más cercanas, demandando la construcción urgente de un aula digna, confortable y segura que no implicara desplazarse a otra comunidad donde apenas existía algo cercano a un aula en condiciones mínimas para enseñar.
Los habitantes de El Sabino mostraron una actitud participativa y organizada; tenían una representante de la comunidad que se encargaba de fungir como enlace entre la comunidad y el CONAFE. La decisión de realizar el proyecto en dicha comunidad se tomó porque gracias a la aportación económica de gran parte de sus habitantes, fue posible comprar un terreno, originalmente de cultivo, ubicado en el centro del poblado y que era accesible para los futuros usuarios.
La importancia de un gestor y enlace entre Comunidad y Universidad
El Consejo Nacional de Fomento Educativo establece los medios de participación social destinados a ampliar las oportunidades educativas de comunidades marginadas, considerando sus condiciones económicas, sociales, ideológicas y de origen étnico de las poblaciones.
El 20 de Febrero del 2012, esta vez acompañados por personal de Infraestructura del CONAFE, viajamos a la comunidad de Sabino de San Ambrosio con el fin de conocer y familiarizarnos con la gente y el lugar. Realizamos entrevistas a los padres de familia e instructores para conocer sus inquietudes y necesidades; el deseo general era tener un espacio para que los niños pudieran jugar y aprender, donde la naturaleza acompañara parte de sus actividades, un espacio digno para una educación digna. Después se llevó a cabo una actividad con los niños para que, mediante dibujos, expresaran cómo se imaginaban su escuela ideal; dichos dibujos sirvieron como herramienta para iniciar el proceso de diseño.
Una vez que tuvimos un mayor acercamiento con la comunidad y que se recabó la información necesaria para desarrollar el proyecto, regresamos a la ciudad; en los tres meses siguientes trabajamos en la Universidad con los asesores de tesis (los arquitectos Eréndira Ramírez, Carmen Huesca, Francisco Hernández y José María Bilbao) en el proyecto ejecutivo del Aula, planteamos un programa arquitectónico que estaría conformado por un espacio flexible multigrado, un módulo de sanitarios, un dormitorio para el maestro o instructor así como el diseño de exteriores. Cabe mencionar que los materiales debían ser poco industrializados y accesibles en la región. La propuesta arquitectónica consideró los principios de identidad cultural, pertinencia, sustentabilidad, funcionamiento, factibilidad constructiva y económica para traducirlas en cualidades espaciales.
El proyecto ejecutivo que como tesistas desarrollamos pasó a manos de CONAFE y se presupuestó la obra; contemplamos el uso de materiales fácilmente asequibles en la región, lo cual significó una disminución importante en el costo total del aula, y eso nos permitió no escatimar en el diseño de los espacios exteriores.
Hacia mayo de 2012 presentamos la maqueta y planos ante la comunidad para explicar el proyecto y, teniendo la aprobación del Comité comunitario, se inició la obra a finales de junio. Participaron en la construcción única y exclusivamente los padres de los niños que más adelante ocuparían el aula. Yo recibía la visita semanal de miembros del Área de Infraestructura de CONAFE y reportaba a mis asesores de tesis los avances de la obra. El aula se concluyó en noviembre de 2012 y actualmente es usada como espacio educativo y de actividades comunitarias múltiples. El documento de tesis puede ser consultado en https://issuu.com/omdb/docs/aula_para_la_equidad
Esta primer “Aula para la equidad” en Sabino de San Ambrosio pertenece al grupo de proyectos expuestos en la Bienal de Venecia por parte de los alumnos de la Facultad de Arquitectura de la UNAM. Ejemplifica la relación que, de acuerdo al Consultorio de Arquitectura Práctica, debe existir en un trinomio conformado por la universidad, el gestor y la comunidad cuya acción en conjunto puede ser muy fructífera.
Texto: Oscar Meza Diez Barroso (Arquitecto por la Facultad de Arquitectura de la UNAM)
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