Un lugar donde los desperdicios se convierten en sueños

Por - 26/08/2014

Yo no sabía que existían personas que buscaban leña de ramas y troncos caídos con la intención de evitar la tala. A estas personas se les llama leñateros, gente que se interna en el bosque para conseguir toda clase de madera para venderla de casa en casa.

Así también se llama un colectivo editorial maya nacido en San Cristóbal de las Casas con la filosofía de ese oficio. Vender sus productos sin lastimar a la naturaleza, conscientes de que sus necesidades y las de su comunidad no están en conflicto con su entorno, y de que disfrutar de sus favores no significa explotarlo.

Taller Leñateros es más que otra editorial en el mundo, es una iniciativa enteramente chiapaneca, maya desde sus cimientos hasta las personas que lo integran, los materiales utilizados, los procesos y sobretodo la lengua de sus publicaciones.

En ella se conjugan distintas disciplinas como la literatura, las artes plásticas, los códices pintados, la edición y la elaboración de libros desde esta cosmovisión indígena. Buscan recuperar no sólo las lenguas ancestrales, también se dedican a fortalecer sus procesos con técnicas de sus predecesores para la elaboración de papel o extracción de colorantes. Es un espacio multi-étnico de artistas y aspirantes a serlo que inventan, enseñan y ejercen los oficios de confección de papel hecho a mano, encuadernación, serigrafía solar, grabado en madera y teñidos con plantas.

Gracias a este sistema de trabajo, Taller Leñateros recicla desperdicios agrícolas e industriales para transformarlos en artesanías y libros de arte mundialmente reconocidos.

El nacimiento de este proyecto data de 1975 con la siembra de un palo de aguacate en el centro de una antigua casa, gracias a la iniciativa de la poeta mexicana Ambar Past, y desde entonces los recuerdos se mezclan con los mitos y los sueños hasta la actualidad donde viajas entre vapores de las ollas para hervir totomoste, pita de maguey, gladiolas y plátano que estos leñateros utilizan para la elaboración de su papel.

El taller se encuentra bajo este hervidero y ajetreo de transformación tradicional, gracias a los poemas que trascienden el papel y revolotean en los pasillos y solares que te permiten percibir la cariñosa transformación de la naturaleza en una obra de arte colectiva: cortar, escribir, coser, triturar, reír, manipular, un milagro en forma de libro de hechizos  o códice rupestre.

Es difícil no embriagarse de su magia, de su generosa labor por regalarnos su filosofía en unas cuantas páginas de suspiros extraídas de lo que la selva les regala, es una verdadera cadena de favores, desde el árbol hasta las manos de quien recibe la publicación, porque la materia prima de los sueños, dicen ellos, es casi siempre algo que “no sirve”.

Así viven los leñateros, y así sueñan, recogiendo lo que la humanidad desprecia para embellecerlo en comunidad.

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