La Formación del Arquitecto en México en el Siglo XXI

Por - 26/08/2013

En Abril del 2005 en Barcelona, se llevó a cabo el Simposium “La Formación del Arquitecto” el evento estuvo organizado por el COAC (Colegio de Arquitectos de Cataluña) y bajo la dirección de Iñaki Abalos, Luis Moreno Mancilla y Carles Muro, dicho evento planteó tres ejes:

-El arquitecto especialista versus el arquitecto generalista.

-Procesos globales versus singularidades en la formación del arquitecto.

-Nuevas técnicas y herramientas en la producción de la arquitectura.

¿Cuál es, o cuál debería ser la Formación del Arquitecto en México en el Siglo XXI?

Si el Arquitecto proyecta y construye para una sociedad en un momento histórico y un sitio determinado, y si la arquitectura resultante es para bien o para mal fiel testigo de los cambios de esa sociedad, ¿los planes de estudio no deberían también ajustarse a dichos cambios y renovarse constantemente?.

Si revisamos el perfil que cada Universidad pretende darle a sus egresados al finalizar su carrera, nos daremos cuenta que todas coinciden en ofrecer el mismo perfil: dominar aspectos metodológicos de diseño arquitectónico, urbano constructivo y tecnológico.

En primer lugar ninguna Universidad tiene perfectamente bien definido el perfil del Arquitecto que quiere en sus egresados, no importa que la Universidad sea pública o privada; en algunas se les enseñan a trabajar y en otras con visión emprendedora, a crear fuentes de trabajo (sin haber trabajado).

En Segundo lugar todas la universidades deberían hacer una selección de sus candidatos a través de un exámen o prueba de aptitudes para estudiar arquitectura, esto evitaría futuros cambios de carrera y dinero desperdiciado de los padres, supondríamos entonces con esto, que en las aulas estarían únicamente alumnos en los que la arquitectura sea su vocación, facilitaría la labor del docente y elevaría el nivel de los egresados y por lo tanto de la Universidad.

Creo También en la urgencia de renovar los planes de estudio y la metodología de enseñanza de la arquitectura, los primeros deben estar dirigidos a entender y resolver los nuevos problemas sociales, no basta con incluir materias para la simulación digital, las fotos con filtros de instagram no hacen a un fotógrafo ni un render hace a un arquitecto, creo que las nuevas tecnologías y los softwares han perjudicado más la formación y la metodología de enseñanza del arquitecto y lo han limitado a pensar y diseñar con comandos: offset, array, extrude etc. se han convertido en un “proceso de diseño” frente de una pantalla que siempre es bidimensional, aquel boceto o croquis donde la proporción y escala dejaban clara la idea del proyecto y la capacidad del arquitecto para plasmarla, ha quedado casi en el olvido en las aulas, lo mismo pasa con las maquetas de trabajo, en pocos cursos y en muy pocas universidades se usan como parte del proceso de diseño para entender y explorar las múltiples posibilidades que tiene un volumen y éste sobre el sitio; la aparición en el mercado de las cortadoras láser ahora es aprovechada simplemente para cortar y armar las piezas, las entregas finales se limitan a 2 o 3 láminas de presentación de 90×60 con espectaculares renders o fotomontajes (muchas veces descontextualizados) en las cuales importa más la imagen del objeto terminado que haber planteado un proceso de diseño, una lógica basada en criterios estructurales, constructivos y de instalaciones con el argumento de “que eso se ve en otras materias”.

El alumno es engañado y el profesor es cómplice al determinar éstos como los alcances para resolver un proyecto, dejando ver que las materias no están ligadas entre sí para trabajar todas horizontalmente y resolver un proyecto planteado en el curso. Pareciera con lo anterior, que las universidades están formando más dibujantes de 3DMax que arquitectos con criterios para resolver cualquier proyecto en su vida profesional.

No todos los alumnos tienen las mismas capacidades, ni aptitudes ni intereses, y las universidades los generalizan, a muchos no les interesa el diseño o el proyecto, pero sí la construcción y nuevas tecnologías, a otros les interesa más hacer negocios y les interesan materias de inversión inmobiliaria, fiscales o contables (que por cierto no hay ninguna que trate estos temas) o son fácil para relacionarse  y pueden ser buenos gestores, a muchos otros les puede interesar conocer las innumerables leyes y normas que rigen la profesión (siempre terminamos por contratar a un especialista).

Por lo anterior, ¿qué lograría nuestro gremio si todas las universidades en el último año de la carrera tuvieran áreas de especialización? Con esto el alumno después de haber cursado casi ocho semestres de la carrera y suponiendo que ya sabe la línea que quiere seguir en su vida profesional pudiera escoger alguna de éstas áreas, todas las materias de cada área trabajarían horizontalmente y deberían enfocarse a dirigir al futuro egresado hacia un campo en el que se sienta cómodo para desarrollarse.

¿Qué lograría nuestro gremio si todas la universidades al final de la carrera (no durante) tuvieran el servicio social y prácticas profesionales mínimo de seis meses cada uno (actualmente se miden en horas), y que el título y cédula profesional dependieran de haber cumplido con éste requisito, y que hubiera un equipo que evaluara mensualmente el desempeño y trabajo del alumno en cada uno de éstos procesos de formación?.

En varias Universidades ya no se hacen tesis, ni siquiera proyectos de fin de carrera entonces, ¿cómo y bajo qué criterios se otorga un título de Arquitecto? Titularse y otorgar menciones honoríficas por promedio es una farsa, es una infidelidad y traición diabólica al alumno, las calificaciones no reflejan la capacidad de un futuro profesionista, ¿cuántos egresados con mención honorífica de cualquier Universidad están trabajando, y lo están haciendo en lo que estudiaron?.

El alumno también es responsable de su propia formación, sin importar que estudie en escuela pública o privada debería ser más proactivo, debería asistir a conferencias, congresos, debería visitar por cuenta propia la arquitectura que se está produciendo, debería hacer más viajes de estudio para analizar la arquitectura de ese país y no solo para tomarse la foto “pal feis”.

Sí, si creo que las universidades son parte del problema en la formación del arquitecto, al tomar al alumno y a sus egresados como números estadísticos pero también creo que los Colegios de Arquitectos se han quedado muy cortos en sus funciones, sobre todo en crear condiciones y procesos justos para la contratación de arquitectos, en crear lazos y vínculos más cercanos y fuertes con universidades, en vigilar y hacer valer su voz y voto ante los procesos de adjudicación de obra pública, exigiendo emitir su opinión y el de la ciudadanía ante cualquier proyecto de gobierno antes de que éste sea construido, asumiendo una postura imparcial y crítica independiente del partido o el gobernante en turno e intereses personales, en vigilar y evaluar el desempeño profesional y ético de sus miembros o agremiados, en exigir que todos los arquitectos (agremiados o no) utilicen el arancel para el cobro de honorarios y que realmente cobren el proyecto, en implementar una autorización, permiso o visto bueno para cada proyecto previa licencia de construcción, en vigilar la figura del perito o el Director Responsable de Obra (que no solo venda su firma) que desde el punto de vista legal y normativo es el único responsable de las edificaciones.

Urge replantear los planes de estudio y que éstos se adapten a los nuevos procesos culturales, económicos y sociales, urgen nuevos modelos basados en los procesos y no en los productos para enseñar arquitectura, y urge la participación de los colegios de arquitectos, tal vez con estas medidas podremos tener un gremio más preparado, con mejores condiciones de trabajo pero sobre todo creo que podremos tener una mejor Arquitectura.

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