El orígen humilde de algunas personas es causa de tragedias u obstáculos en algunos casos y en otros resulta en ejemplo y virtúd de no agacharse para alcanzar los objetivos que se vislumbran imposibles. De un hogar económicamente limitado y con pocas oportunidades surge Alfredo Vilchis, un artista de barrio que ha impregnado el mundo del arte en diversos niveles. Un artista que ha acumulado adjetivos y sobrenombres impuestos por un barrio entero como Tepito o bien por algunos intelectuales que aprecian su trabajo y han sido provocadores de su difusión.
Fotografía: Alejandro Cabrera