La palabra timing define el “tiempo en lo que algo sucede o la separación de los eventos en el tiempo” en el caso de un motor define los pasos que debe de seguir desde el arranque, la ignición, los pasos del fuel injection, etc. Cada uno de estos pasos debe de ocurrir en un orden y momento específico para que el funcionamiento de un motor se lleve a cabo.
En el caso de un procedimiento quirúrgico, el timing inicia desde entender la problemática o padecimiento a través de un análisis, la preparación del paciente para que éste se encuentre en la mejor forma posible para ser intervenido, la programación del quirófano y el tiempo de intervención de cada uno de los especialistas partícipes de dicho procedimiento, e incluso, aunque nos pareciera obvio la recuperación del paciente.
En el caso del diseño y la arquitectura el timing es muy claro, nos lo enseñan en las universidades. Investigar, prototipar, desarrollar, fabricar o construir. Debo aclarar que esta no es una secuencia académica, es una secuencia necesaria para el buen desempeño, justificación, construcción y/o fabricación de el proyecto.
Sin embargo pareciera que en nuestro oficio la magia es posible y existen clientes que nos preguntan frecuentemente ¿y no me puedes hacer un proyecto en 2 días? La desinformación del cliente no es más que ignorancia. De igual forma uno puede preguntar a un doctor si no hay manera de mejorar mas rápido de lo que el nos esta indicando. El problema no es el desconocimiento del paciente ni del cliente, el problema es cuando nos topamos con un doctor irresponsable o poco ético que nos dice “Yo si te opero en 3 minutos” Pasa exactamente lo mismo con arquitectos y diseñadores que se aventuran a decir si, ya sea por poco profesionalismo del oficio, por desconocimiento o por hambre de trabajo. Sin embargo, ninguna de estas son razones son justificables para seguir teniendo este tipo de practicas de diseño y arquitectura en nuestro país.
Ahora bien, es justificable esta ignorancia en un cliente que no tiene nada que ver con la arquitectura ni el diseño, pero que pasa con los servidores públicos o gerentes en la iniciativa privada encargados de contratar diseñó y arquitectura. En este caso la ignorancia no solo no es justificable, también habla de una practica poco profesional e irresponsable.
Sin embargo la responsabilidad está en nuestras manos, debemos de aprender a decir NO cuando las circunstancias no son las favorables. Sé que es difícil sobre todo cuando el de al lado va a aceptar, pero no se trata de eso, se trata de hacer un verdadero cambio en el quehacer de nuestra profesión y eso únicamente va a suceder cuando nosotros seamos los primeros en respetar nuestro trabajo y nuestros tiempos.
Para cerrar con esta participación, quisiera compartir una frase que acuñé esta semana.
“Las cosas son fáciles cuando uno dimensiona su dificultad”.
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