Si no creas la conversación, alguien más lo hará por ti

Por - 20/07/2017

Como todos sabemos, el 2018 la Ciudad de México será World Design Capital. Entre organizadores, stakeholders y practicantes de la disciplina, se decidió crear unas mesas de trabajo en las que se discutirán temas como Economía Creativa, Diseño Social y Diseño de Futuros, mesa de la que soy parte. Hace unos días nos juntamos para empezar a alinear ideas y aunque como diseñador independiente no tenía una agenda, exhibición o proyecto, me interesaba reflexionar con el grupo un tema que para mí es súper importante: si somos una mesa de trabajo que habla de Futuro y Diseño, y trabajamos en cierta manera con el World Design Capital, creo que el punto de partida sería definir cuál es el futuro de la disciplina del diseño en México.

Para mi sorpresa, la idea fue hecha menos con el argumento de que ya no es relevante que los diseñadores hablen de diseño. Al final la idea fue descartada y nos movimos a otros temas. Me decepcionó profundamente que personas que considero que juegan un rol importante como complementos de la escena del diseño (teóricos, curadores y críticos), descartaran tan rápido un cuestionamiento tan importante. Por otro lado, creo que era el único diseñador de producto en la reunión. Salí de ahí sintiendo la misma soledad que sentía cuando era un adolescente en Xalapa y me iba de las fiestas donde solo habían cubas y trova.

Entiendo que mucha gente confunde el cuestionar a tu propio gremio con quejarse de él. La diferencia es que cuestionar implica buscar una solución y aparentemente esto no está en la agenda de nadie.  En México no entendemos al diseño en todos los niveles de una escena, ni los curadores, ni la industria, y lo más peligroso, ni los diseñadores mismos. Y no hablo de conciliar puntos de vista para llegar a una definición—porque nadie lo va a hacer mejor que John Heskett—, pero lo que sí hace falta es que nuestra sociedad entienda el potencial, el impacto y sobretodo la infraestructura necesaria para la práctica del diseño.

El hecho de que curadores prefieran hablar de diseño a través de la arquitectura o el arte (y a veces las dos al mismo tiempo) denota un bajo entendimiento sobre la disciplina, mi disciplina. Entiendo que alguien que no sea diseñador pueda valerse de la arquitectura como una manera de ejecutar problemas complejos o de gran escala, y del arte como un camino de investigación de fenómenos sociales llevados a un resultado que pueda ser visto (o fotografiado). Y aunque estos resultados convergen en lo que el diseño puede también entregar, no significa que un arquitecto o un artista sea por default diseñador. A diferencia de la arquitectura, donde la proyección utiliza representaciones de lo macro y el detalle no es la prioridad, o el arte, donde la práctica es mucho más subjetiva, personal y con tendencias obsesivas, el diseño como disciplina siempre busca tener un resultado con un balance entre lo factible, lo entrañable y lo útil. La arquitectura y el arte son complementadas por el diseño, no sustitutas del mismo.

También en cierta manera entiendo a los curadores porque en México existen pocos casos donde el diseño puede brindar lo que para ellos ahora brinda la arquitectura o el arte. Y esta minimización de la disciplina es en parte culpa del diseñador, pero de eso vamos a hablar en otra ocasión. Me parece decepcionante que los curadores encargados de temas de diseño minimicen nuestra disciplina, sobre todo porque necesitamos de ellos para difundir una idea clara de lo que podemos brindar a la industria y a la sociedad. Y si el mensaje que se da constantemente es que se puede sustituir con arte y arquitectura, me hace pensar que definitivamente ahora más que nunca es importante que los diseñadores hablemos de diseño.

Dunne & Raby, diseñadores ingleses, al ver la necesidad de explicar mejor su diseño crítico con respecto al diseño tradicional, escribieron A/B, una especie de manifiesto donde de una manera extremadamente simple nos hacen entender las nuevas posibilidades que brinda una nueva disciplina. Hella Jongerious, diseñadora holandesa, escribió Beyond The New, un manifiesto que cuestiona el estado actual de la disciplina obsesionada con lo “nuevo”. Al parecer en Design Academy Eindhoven o en Design Indaba no pensaban que era irrelevante escuchar a una diseñadora hablando de diseño y apoyaron su iniciativa con difusión y espacio. John Maeda, también diseñador, acaba de publicar su reporte Design in Tech, donde cuestiona si la educación del diseño está brindando las suficientes herramientas para enfrentar a una nueva disciplina de diseño computacional. Existe una gran audiencia, tanto en la industria de la tecnología como en el sector educativo, que valora escuchar lo que tiene que decir un diseñador sobre diseño.

El diseñador no tiene que dejar de hablar de diseño porque hablar de su disciplina y cuestionarla constantemente la sigue haciendo relevante. Y si no lo hace el diseñador alguien más vendrá a hablar en su nombre, y ahí sí qué hueva.

 

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