Por bien que se diga lo que se ha visto: Otro día…(poemas sintéticos), de Verónica Gerber

Por - 10/01/2019

 

Por bien que se diga lo que se ha visto, lo visto no reside jamás en lo que se dice, y por bien que se quiera hacer ver, por medio de imágenes, de metáforas, de comparaciones, lo que se está diciendo, el lugar en el que ellas resplandecen no es el que despliega la vista, sino el que definen las sucesiones de la sintaxis.

-Michel Foucault (Las palabras y las cosas Tr. Elsa Frost)

 

A casi 100 años de la publicación de Un día… (poemas sintéticos), de José Juan Tablada, el Museo de Arte de Zapopan (Jalisco) exhibe Otro día… (poemas sintéticos), de Verónica Gerber Bicecci, obra en la que la artista y escritora mexicana reelabora los textos de Tablada a la luz de una realidad ecológica que ha dado un giro de 180 grados.

En un haiku, la experiencia de contemplación de la naturaleza suscita una imagen poética sintética (tres versos de 5, 7 y 5 sílabas). El conjunto de haikus publicado por José Juan Tablada en 1919 tiene como tema el ordenamiento de la naturaleza en la sintaxis del día (La mañana, La tarde, El crepúsculo y La noche). Al trabajar con ese tema, sin embargo, la palabra escrita parece haberse visto rebasada por la belleza propiamente visual de los colores, texturas y fenómenos naturales en tanto “vistos”, y no leídos o imaginados; así, no bastándose a sí misma, la palabra buscó la imagen. José Juan Tablada en Un día… acompaña además cada haiku de un pequeño círculo con un dibujo de su propia autoría; el estímulo visual se vertió en la palabra para luego volver hacia la imagen.

Verónica Gerber Bicecci hace una reelaboración de la obra de Tablada, generando una obra paralela pero inversa a aquella en la que se basa: respeta el orden y los temas (animales y plantas), incluyendo la doble incidencia de la Mariposa Nocturna, y sigue también el formato circular de las imágenes. Sin embargo, como sabemos, cualquier día de la naturaleza de estos entre los que podemos escoger en la actualidad será un día muy otro de aquel que vio José Juan Tablada en su vida y específicamente a lo largo de su poemario. El día vivido por Gerber no sólo no se parece al de Tablada, sino que tampoco tiene mucho que ver con los días retratados en las imágenes que fueron lanzadas a nombre y en representación de toda la humanidad en 1977 a bordo de las sondas espaciales Voyager. De entre las 166 imágenes, la autora seleccionó 38, las intervino con acetona y colocó una junto a cada haiku; texto e imagen como negativo de las versiones de Tablada.

En la obra de Gerber se efectúa una renovación de dos testimonios de vida: el que creara José Juan Tablada en 1919 y aquél lanzado al espacio en 1977. La figura poética del haiku en manos de la artista deja de ser el canto de amor, asombro, contemplación y ternura dictado por la naturaleza al poeta de principios del siglo XX, para convertirse en un llanto que, desde la otra cara del amor, expresa horror, disrupción y lástima por la naturaleza que la mano humana ha arrasado. En la intersección entre el nombre (el título), la palabra (el poema) y la imagen vulnerada (las fotografías intervenidas con acetona), se lee el llamado perentorio que lanza la autora al espacio del siglo XXI, dentro del cual cabe preguntarnos si continuaremos reconociendo como propios los rasgos compendiados por aquellas 116 fotografías del Disco de Oro de las Voyager (que esperaban alcanzar algún destino al cabo de 40 000 años), o si siquiera veremos pasar cien años más. Por bien que se diga lo que se ha visto, la dimensión del estrago causado por el hombre en la naturaleza queda fuera del alcance de las palabras y de la imágenes.

***

La pieza Otro día… (poemas sintéticos) estará expuesta al público en el Museo de Arte de Zapopan (MAZ) hasta el 10 de marzo del 2019.

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