Del Turner al Pritzker

Por - 09/02/2016

El Turner y el Pritzker son premios muy distintos. Uno lleva el nombre de un pintor, el otro de un empresario. El primero se da en el mundo del arte en Reino Unido, mientras que el segundo en el mundo de la arquitectura internacional. El primero es para un artista que no haya llegado a los cincuenta años y que esté en proceso de consolidación, mientras que el segundo es para un arquitecto (generalmente de mayor edad) con un compendio de obra ya afianzada. A pesar de ser premios tan distintos, podría decirse que casi opuestos, ambos suelen ser un reflejo del momento en el que se otorgan y, en su última edición, coincidieron en más que eso.

 

El Turner

El Turner Prize lleva el nombre del pintor británico J. M. W. Turner (1775-1851) que, además de haber sido un parteaguas en el arte, se dice que deseaba crear un reconocimiento para jóvenes artistas. El premio, que se ha convertido en uno de los más populares del Reino Unido, es organizado por la Tate Gallery con la meta de celebrar nuevos avances en el mundo del arte contemporáneo y se entrega una vez al año desde 1984.  El seleccionado, además de la luz de los reflectores, recibe un premio de 25,000 libras a través de patrocinadores. El Turner fue creado por un grupo llamado Patrons of New Art que se fundó en 1982 para ayudar a la Tate a comprar nuevo arte para su colección. Cada año se forma un nuevo jurado que se dedica a elegir al ganador.

De una serie de nominaciones de artistas, cuatro son elegidos para competir por el premio. Al ser seleccionados, los artistas realizan una obra que se expone para que el público se vaya familiarizando con su trabajo, ya que algunos suelen ser desconocidos. En su última edición (2015), después de pasar por el proceso de nominación y exhibición, el Turner fue otorgado a Assemble, un colectivo formado por dieciocho arquitectos y diseñadores de entre 26 y 29 años (los más jóvenes hasta el momento). Por primera vez en la historia del premio el ganador fue un no-artista y un grupo.

Assemble 1

El colectivo, establecido en Londres,  trabaja entre el mundo del arte, el diseño y la arquitectura buscando una relación constante con las comunidades y promoviendo el formato DIY (hágalo usted mismo). Assemble fue nominado por el trabajo que han realizado en Granby Four Streets, Liverpool. Un proyecto de regeneración urbana impulsado por los residentes de una serie de casas decaídas, que se negaban a ceder a las presiones externas. Al ser nominados y al no tener experiencia en la realización de exposiciones de piezas, el grupo organizó un complemento para el proyecto llamado Granby Workshop. Un taller, instalado en una recreación de una de las casas intervenidas, en el que la comunidad podía ser entrenada y empleada para producir objetos cotidianos con desperdicios, cuya venta contribuía económicamente al resto del proyecto. El taller no sólo exploraba el diseño de objetos y el formato de exposición, sino que planteaba una alternativa de vida dirigida hacia una consciencia social con visión empresarial, para la reconstrucción del espacio devaluado. “They draw on long traditions of artistic and collective initiatives that experiment in art, design and architecture. In doing so they offer alternative models to how societies can work. The long-term collaboration between Granby Four Streets and Assemble shows the importance of artistic practice being able to drive and shape urgent issues.”

El premio causó mucha controversia por no haber sido otorgado a un artista, sin embargo pareciera abrir una posibilidad para cuestionar el estado del arte y explorar los límites preconcebidos. El trabajo de Assemble, por ejemplo, dirige la mirada a la creación como respuesta al monstruo inmobiliario y a la especulación, no sólo a través de comentarios críticos, sino a través de acciones concretas. Al ser un modelo de trabajo en la vida cotidiana, abrió una oportunidad de repensar el arte y su relación con la comunidad; la posibilidad de redefinir los alcances de la creación artística. Por otro lado, la selección pareciera un comentario hacia las piezas artísticas como un bien de consumo desarrollado para las galerías y el mercado, una búsqueda por alejarse de los espacios privatizados y explorar otros territorios para el arte y su papel transformador en el mundo real. La discusión sobre si el trabajo de Assemble es arte o no pareciera una oportunidad para romper esquemas y encontrar caminos colectivos.

 

El Pritzker

El Pritzker Prize lleva el nombre de la familia Pritzker de Chicago, creadores de la cadena de hoteles Hyatt. Jay y Cindy Pritzker consideraron que establecer un premio podría inspirar la creatividad de los arquitectos, al igual que mostrar los edificios al público de manera más consciente. El premio, considerado el máximo reconocimiento internacional en arquitectura, se entrega a través de la Fundación Hyatt cada año desde 1979 y busca honrar a un arquitecto o grupo de arquitectos cuyo trabajo esté cargado de talento, visión y compromiso; cuyas contribuciones sean consistentes y significativas. El seleccionado recibe, además de un reconocimiento global, un premio de 100,000 dólares y una medalla (antes de 1987 una escultura de edición limitada de Henry Moore). El jurado se compone por varios integrantes independientes de expertos y se mantiene durante varios años para buscar coherencia y continuidad.

El Pritzker también funciona a través de nominaciones, en este caso de arquitectos profesionales de todo el mundo. Al recibir las nominaciones, el jurado evalúa todo el cuerpo de trabajo de los postulados y decide sobre eso. En su última edición (2016), fue otorgado al arquitecto chileno Alejandro Aravena, quien dejó de ser parte del jurado del premio el año pasado (2009-2015), cuyo trabajo se ha dividido entre la arquitectura del sector privado y la arquitectura con un enfoque social. Aravena es el primer arquitecto de Chile en recibir el premio y el cuarto de América Latina.

UC Innovation Center, San Joaquín Campus, Universidad Católica de Chile, 2014: "We proposed a rather opaque construction towards the outside, which is also efficient for the Santiago weather, and then have a very permeable architecture inside," Aravena says.

El jurado consideró que Aravena ha desarrollado un trabajo comprometido y de calidad como sus intervenciones en la Universidad Católica de Chile que responden a la manera en la que la gente utiliza las instalaciones, con materiales cuidadosamente elegidos y aportando espacios para toda la comunidad. Además se consideró esencial que sus edificios fueran energéticamente eficientes. Por otro lado, Aravena fue seleccionado por el trabajo que ha desarrollado ELEMENTAL, el “do tank” que encabeza desde 2001 (con sus socios Gonzalo Arteaga, Juan Cerda, Victor Oddó y Diego Torres). Ahí, ha desarrollado proyectos con impacto comunitario, mostrando un especial interés en la vivienda social y de manera cercana al diseño participativo. “The jury has selected an architect who deepens our understanding of what is truly great design. Alejandro Aravena has pioneered a collaborative practice that produces powerful works of architecture and also addresses key challenges of the 21st century. His built work gives economic opportunity to the less privileged, mitigates the effects of natural disasters, reduces energy consumption, and provides welcoming public space. Innovative and inspiring, he shows how architecture at its best can improve people’s lives.”

Aravena 2

Al igual que en la última edición del Turner, la selección de Aravena como ganador causó mucha controversia. Por su edad, por las características de su práctica, por haber sido jurado del premio recientemente y por ser considerado la estrella del momento al haber sido seleccionado como director para la Bienal de Arquitectura de Venecia 2016 que tituló Reportando desde el frente. También se cuestionó la selección de un arquitecto que realiza una gran parte de su trabajo como colaborador de un grupo. Sin embargo, esta selección dirige la mirada a proyectos con los que se está buscando un mayor compromiso social. Proyectos que, al igual que Granby Four Streets, son consecuencia de las presiones del mercado y que evidencian la problemática de enfocarse en los espacios privatizados y no explorar otros territorios para la arquitectura pública y social.

 

Del Turner al Pritzker

Los dos premios son resultado de decisiones políticas y de intereses privados, sin embargo son reflejo de una realidad actual y compararlos puede llevar a cuestionamientos y reflexiones sobre esa realidad. Por ejemplo, ambos premios siguen fomentando el sistema de estrellas. Un sistema que capitaliza las posibilidades y que no permite un desarrollo profesional incluyente en sus respectivos campos. En este sentido, fue el Turner el que le apostó un poco más al cambio, al seleccionar a un colectivo que sigue una estructura horizontal, mientras que la apuesta del Pritzker fue volver a enfatizar el papel del arquitecto al mando. El primero pareciera contar la historia de la arquitectura como apoyo participativo a una comunidad, mientras que el segundo pareciera contar la del arquitecto como salvador. El primero parece enfatizar en la importancia del diseño del picaporte, el segundo en la de la planeación desde arriba.

Fuera de si estamos de acuerdo con uno o el otro premio, algo que pudiera resaltarse es la manera en la que las dos instituciones señalaron (por fin) la profunda crisis de vivienda en todo el mundo. Una crisis que es consecuencia de muchas circunstancias, entre ellas la extrema presión del mercado. Assemble y Alejandro Aravena no son los primeros, ni los únicos, que han abordado esta problemática. Sin embargo, parece aplaudible este reconocimiento desde dos premios que, aunque impliquen otras problemáticas, son observados por muchos y pueden marcar tendencia. Ojalá que esto sea un indicador de que hay posibilidades de transformar el esquema y explorar nuevas posibilidades en el arte, la arquitectura y su relación con las comunidades.

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