0.4 Arquitectura integral El diseño debe ser integral. Para lograr esto el arquitecto mismo debe conocer una multiplicidad de principios que componen el proceso de diseño, su materialización y estructuración física que se concluyen en la obra construida.
El diseño debería entenderse como un aspecto integral y no como un objeto que se compone a partir de diversos sistemas. Esto debería de ser un principio de diseño y no solo una idea o tendencia.La materialización de un diseño resulta fácil cuando el material es solo una selección de gusto y no un principio que integra diversos parámetros como la estructura, la resistencia del material o la relación de la materialización en conjunto con la geometría.
Un diseño debería integrarse recíprocamente por los principios de geometría, estructura y su materialización, lo demás es simplemente parte del proceso general que se necesita para pasar de una etapa a otra, e informar la idea inicial con lo físico y su estabilidad espacial.
Cuando se inicia un diseño -casi de forma inconsciente-
se debe definir con que principio iniciar a trabajar: la geometría, la estructura o el material, y es así como la mayoría de arquitectos y diseñadores inician su quehacer cotidiano. Convencionalmente hablando, y antes de que existieran las computadoras dentro del mundo del diseño, un proyecto se iniciaba en papel, tomando en cuenta solo aspectos de espacialidad y sí, metros cuadrados que matemáticamente hablando definían el espacio mismo sin considerar aspectos integrales del diseño en relación con la estructura o el material. Inclusive antes del diseño en papel las estructuras y/o materiales eran y son comprobados de manera empírica. En otras palabras,
la relación de un material con su estructura o el diseño se ha generado a partir de comprobar físicamente las capacidades del mismo, a través de experimentos y comprobaciones físicas, empíricas. De hecho, en la mayoría de los casos el material ha sido considerado únicamente como un elemento decorativo y no como parte del proceso de la generación de la geometría diseñada o de la estructura.Otro ejemplo de este problema -característico del movimiento moderno- es el desarrollo de un diseño espacial antecedente a un proceso de la racionalización de su estructura, siendo la estructura, en la mayoría de los casos, resuelta por un ingeniero civil o por un ingeniero estructural.
En México, por ejemplo,
algunos arquitectos han optado por colaborar o asociarse con estudios de ingeniería, con el fin sobre todo, de reducir los costos de un proyecto terminado y ‘colaborar de forma más detallada’ en el proceso de comunicación entre el diseño y su construcción. Sin embargo, el diseño dentro de este escenario no incluye un proceso de pensamiento
a priori sino la realización de la estructura y su cálculo es un proceso generado
a posteriori, es decir una vez que el diseño ha sido concluido o definido.
El conocimiento estructural entonces se desarrolla de forma empírica. En otras palabras, aquellos diseñadores o arquitectos con más experiencia inician a entender la “forma en como sus diseños deben trabajar estructuralmente”, sobre todo, cuando se habla de geometrías definidas matemáticamente como los prismas, cilindros, esferas, elipses, ente otros.
Cualquiera que sea el proceso que se ha seguido existe una disociación clara entre la geometría –o el diseño inicial-, la estructura y su proceso de materialización. Una posible explicación de esta deficiencia en el proceso de diseño se entiende a través de analizar brevemente la historia. El cálculo de las estructuras y su estabilidad espacial es un proceso muy reciente, de hecho, el primer cálculo estructural conocido es el de Galileo Galilei, cuando a inicios del siglo XVII intentó analizar una viga. Hasta entonces, las estructuras dentro de la construcción habían sido resueltas de forma empírica. Existen diversos intentos por realizar un análisis detallado sobre el cálculo estructural en relación al diseño de la geometría y el comportamiento material, basta con recordar los experimentos de catenarias de Antonio Gaudí, el estudio de paraboloides descrito en toda la obra de Félix Candela o Heinz Isler, que en esencia se identifican con el análisis y experimentos de Robert Hooke estudiados a finales del siglo XVII, que a su vez se remotan a la Edad Media.
La arquitectura integral que describo en este breve texto se identifica con el análisis recíproco, y paralelamente descrito por la combinación y optimización, de los principios de geometría, la estructura y su materialización física, donde cada uno de estos principios mantiene entre sí una interdependencia continua y no necesariamente equitativa pero con la finalidad de mantenerse en equilibrio. El objeto de diseño u obra arquitectónica que logra exitosamente combinar estos tres principios tiene un acercamiento directo con la evolución natural de los sistemas que gobiernan el Universo.
Links de consulta:
+ Félix Candela: Cascarones de concreto armado
+ The Catenary: Mathematics all around us