Expo Diseño Interiorismo EDI 2013
portavoz - 14/02/2013
Por Emmanuel Ruffo - 27/05/2014
Son diversos y muy específicos los motivos que inspiran a un grupo o persona a autoconstruir (DIY) sus propios objetos, diseños o casas. Sin embargo, son dos los motivos más característicos que inspiran a crear un proceso de autoconstrucción: la necesidad y el conocimiento. Es cierto que la necesidad se ve limitada por la falta de conocimiento, así como el conocimiento requiere de la necesidad de creación para dar sus primeros pasos en el largo y arduo proceso de construir de forma autónoma un diseño.
Más allá de hablar de fases históricas de la autoconstrucción o procesos de diseño Do-It-Yourself (DIY), que ya ha hecho de forma excepcional José de la O, me provoca –sobre todo- la idea de desnudar por completo la escenografía que se crea en el proceso de autoconstrucción. Si pensamos por ejemplo en un cuerpo al desnudo –construye la imagen a tu gusto- podemos observar directamente las cualidades y características que definen a ese cuerpo en particular. Las cicatrices, las arrugas –si existen- las diferentes tonalidades de la piel a lo largo y ancho del cuerpo, los músculos o huesos que resaltan la estructura, la geometría y estética del cuerpo, lunares, tatuajes. Además de poder analizar, sin mantener aún una conversación, diferentes características que se encuentran fuera del cuerpo mismo, como religión, tendencias políticas, culturales, sociales o de moda. Estas y muchísimas otras características nos muestran naturalmente, y en todo el sentido de la palabra, las “originalidades” de ese cuerpo -que sí- en definitiva tendrá elementos similares en cantidad o cualidad a otros cuerpos pero en conjunto ese cuerpo es naturalmente original.
Cuando hablamos de un proceso de autoconstrucción, me viene a la mente un cuerpo al desnudo. La encuentro la forma más sincera, clara y digna de mostrar un proyecto, el proyecto. Es la forma que desnuda la originalidad de cada persona, su sello particular. Todo lo demás es simplemente la escenografía de lo digno, de lo versátil, de lo heterogéneo.
Y es que, cuando desarrollamos un proyecto, la mayoría de los diseñadores estamos ya pensando en el nombre, en qué imágenes publicar, en qué revistas publicar –lo cual cabe señalar es siempre un proceso de autoconstrucción- pero pocas veces nos detenemos a pensar si lo que ofrecemos, si el objeto en conjunto, se está presentando al desnudo, mostrando las cualidades esenciales que dan vida a cada cuerpo, proyecto u obra. La forma autónoma en que cada diseñador o arquitecto decide dirigir su estudio o proyectos no está en discusión. La discusión radica en la sinceridad, claridad y dignidad que tiene cada proyecto, y en este caso sí, cada despacho en la preparación y exposición pública de sus proyectos.
Una de las anécdotas que más me acompaña de mi periodo universitario, me sitúa en una clase de diseño en la que uno de los profesores hablaba del tan deseado “concepto” del proyecto: un proyecto en la playa. “Y es que ustedes deben pensar en el movimiento de las olas, qué representa para ustedes, y cómo ustedes lo pueden representar en sus proyectos”. Y es que por más que deseemos ver el lado positivo de este tipo de “frases educativas” –que aún se viven en la mayoría de universidades de nuestro país y el mundo- no existe. Es triste que un joven universitario crezca con una idea de este tipo. Más allá de ser la idea correcta o equívoca, es una idea fuera de lugar. Como diría Aristóteles en su ‘Ética Nicomaquea’, es inapropiado, a una boda de smoking un hombre no puede presentarse en bañador. O sí, a menos que sea el novio, o bien el escenario de la boda sea otro.
Cuando hablo de anatomía al desnudo, me refiero a toda la película completa, desde la educación en las aulas –que tampoco deberían de existir, al menos no como las conocemos- a la educación en la obra, la dignidad, sinceridad, y originalidad de cada persona; utilicémoslas entonces como parte del proceso de autoconstrucción, pero no sólo para engrandecer nuestros pasos de hormiga en este mundo tan engreído del diseño, sino para crear ambientes que inciten al reconocimiento intrínseco de la originalidad misma, sin escenografías o montajes falsos que, como un cuerpo al desnudo -sin hablar-, nos exponga su originalidad, defectos y ventajas de una única anatomía al desnudo.
Italia, Mayo 2014.