A propósito de la Remodelación del Zócalo
Eduardo Cadaval - 05/03/2014
Por Jimena Hogrebe - 30/08/2017
Skulptur Projekte es un evento, creado por Kasper König en 1977, que ocurre cada diez años y consiste en invitar a diversos artistas a desarrollar un proyecto que se instalará durante algunos meses en la ciudad alemana Münster. A lo largo de los cuarenta años que el acontecimiento ha existido, la ciudad se ha convertido en un punto importante para el mundo del arte. Los proyectos también han marcado a Münster, no sólo por la espera y la planeación, ni por los meses en los que el evento se lleva a cabo, sino por todas esas piezas que edición tras edición se han quedado en la ciudad de manera permanente convirtiéndose en parte de su imagen urbana, como Giant Pool Balls (1977) de Claes Oldenburg, Pier de Jorge Pardo (1997) o Square Depression de Bruce Nauman (2007). Los trabajos realizados en los distintos años tienen en común el usar los medios del arte para crear un espacio de discernimiento crítico y de experiencia estética, al igual que se han relacionado con lo social, lo filosófico y lo político. El espacio público ha sido visto como una esfera heterogénea con múltiples posibilidades creativas y prácticas.
Skulptur Projekte Münster 2017, la quinta edición curada por König junto con Britta Petters y Marianne Wagner, se planteó con el convencimiento de que el arte en el territorio urbano es capaz de activar contextos históricos, arquitectónicos, sociales, políticos y estéticos. Organizados para durar cien días, los distintos proyectos se instalaron en la ciudad principalmente al aire libre, aunque algunos cuantos en espacios cerrados, en diálogo con los distintos contextos (incluso con las piezas de ediciones previas). La configuración de Münster ha permitido que visitantes de todo el mundo recorran el evento en bicicleta, a pie o en transporte público con distintas opciones de ruta y recorrido. Constantemente se observan grupos de personas como en una especie de búsqueda del tesoro, mientras que otros las encuentran sólo por coincidencia.
Nietzsche’s Rock de Justin Matherly se instaló en un área ajardinada al lado de uno de los componentes más importantes de la ciudad, la Promenade ubicada sobre el trazo de la antigua muralla medieval que rodea el centro y por la que se mueven sólo bicicletas y peatones. On Water de Ayse Erkmen abrió la posibilidad de caminar sobre el agua en Binnenhafen, el puerto que ha adquirido nueva vida con la inserción de edificios y espacios de convivencia y consumo. Gregor Schneider (cuya obra estuvo de visita en el MUAC hace unos meses) creó la vivienda privada de N. Schmidt dentro del LWL-Museum, el museo de arte más importante en el centro de la ciudad.
Uno de los proyectos más exitosos por su impacto y su evocación misteriosa es After ALife Ahead del artista francés Pierre Huyghe insertado en el Eispalast, la antigua pista de patinaje sobre hielo cerrada en 2016 y con planes de ser derribada. Ubicada junto a una sucursal de Burger King algo alejada del centro, la construcción fue encontrada en un estado de decadencia evidenciada por elementos como el techo blanco enmohecido. Ahí, Huyghe creó un sistema bio-técnico basado en el tiempo, un espacio controlado para crear condiciones climáticas específicas. Mantuvo la envolvente prácticamente intacta, mientras que cortó las placas de cemento del piso original siguiendo trazos rectos e irregulares para excavar y crear una topografía agreste formando senderos, charcos e islas rodeadas por tierra. Además de la intervención topográfica, planteó procesos interdependientes al interior; un sistema planeado con acciones aleatorias.
Un acuario perfecto de vidrio colocado al centro del espacio que cambia de transparente a negro según las variaciones en el patrón de un Conus Textile (caracol de mar venenoso), lo cual provoca que cambie la configuración espacial general al impulsar la apertura de las pirámides negras en el techo por las que entran luz y aire natural, al igual que lluvia que va llenando los charcos y abriendo la posibilidad de generación de organismos. En una incubadora con células HeLa se da un proceso constante de división, relacionada con una aplicación que puede ser descargada. Además una colmena de abejas y pavos reales fueron parte del sistema por unos días (corre el rumor de que los protectores de animales lograron que este componente de la pieza desapareciera). Estos distintos elementos del gran sistema se organizan solos y están en constante cambio; evolucionan y dejan ver un poco de esa evolución. El paisaje creado seguirá cambiando hasta el final de Skulprtur Projekte Münster 2017.
La pieza se desarrolla principalmente en la parte central de la antigua pista rodeada por plataformas que permiten su observación; pareciera un montaje de una investigación arqueológica o de una científica sobre mutaciones y anomalías naturales en un territorio desconocido. Esta creación poética de un mundo biológico independiente dentro de una construcción genérica perfectamente modulada funcionaría también como escenario para una película distópica de ciencia ficción ya que evoca el inicio de un mundo después de la destrucción o, incluso, territorios extraterrestres en donde la vida está comenzando. El juego de palabras en el título enfatiza esta evocación.
La construcción en donde todo esto sucede es de planta rectangular, genérica y anónima; una planta libre lograda con una gran estructura. Esta, al igual que todos los demás componentes y materiales, está perfectamente modulada. La escuela alemana es evidente. Los distintos elementos son de colores neutros, lo que enfatiza un ambiente sombrío. Este lienzo funciona muy bien como contraste del paisaje enterrado de tierra que deja ver las distintas capas de historia, en el que crece la vegetación, en donde hay agua y hay animales. El acuario perfectamente delineado refleja este nuevo paisaje y el sonido del techo que se abre invade por momentos la penumbra.
Es un ejercicio de deconstrucción-reconstrucción arquitectónicas y desde ahí After ALife Ahead puede leerse como una crítica a la modernidad, a toda esa arquitectura cuya eficiencia terminó siendo fría y desconectada del contexto. Una estructura cuya aportación a la ciudad o al ecosistema no es significativa. También podría verse como un comentario hacia la especulación urbana que tira y vuelve a construir, a la gentrificación. Pero al mismo tiempo se podría decir que con este trabajo se evidencia que un contenedor genérico permite ser el escenario para un evento específico, que es posible crear un nuevo territorio dentro. A pesar de las muchas fallas que se han comentado sobre este tipo de arquitectura, pareciera que su ambigüedad está llena de contingencias, que una posibilidad es adaptarla en lugar de desecharla. Esta lectura positiva y negativa que puede hacerse del proyecto de Huyghe desde lo arquitectónico, puede hacerse también desde una perspectiva ecológica, científica, económica, política, incluso filosófica. Es por eso que la considero como una obra realmente crítica que comenta, sugiere y encamina nuevas ideas.
La obra pareciera tratar de vida biológica, de paisajes y arquitecturas reales y simbólicas, de procesos visibles e invisibles, y estados estáticos y dinámicos. Todos estos temas permiten abrir muchas reflexiones alrededor de la configuración de After ALife Ahead y de la experiencia que se tiene ahí dentro; así se convirtió en una de las piezas más interesantes de Skulptur Projekte Münster 2017. El ambiente misterioso, poético, evocativo y sublime que se vive, además, la hacen una de las preferidas. Quedan ganas de que esta fuera una de las piezas que permanecen en la ciudad para seguir viendo cómo evolucionan los sistemas que en ellas se suceden. Sin embargo su destino estaba marcado desde el inicio, desaparecerá y el lugar se convertirá en otra cosa como parte del sistema en el que se encuentra, después de una vida por delante.
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