El buen diseño
Sebastián Lara - 14/03/2013
Por Jimena Hogrebe - 26/07/2016
Con las palabras de Bossuet, “…confundido por la grandeza del tema y por la inutilidad del trabajo…”, decidió Fernando Palomar dar título a la cuarta edición (de diez) de Obra en Obra. Su intervención se planteó como un intento por enfrentar la realidad de la arquitectura construida y tratar de hacer un comentario en forma de arte. Para esto, decidió utilizar hilo de trazo y gis color azul. “Y utilizando la herramienta del albañil, la más apta para el trazado de este extravío, y confiando en los influjos de la asombrosa tradición e historia edilicia, y también en lo convenientemente elusivo de la actual práctica artística, se va a efectuar dicha intervención, que se espera, claro, resulte en alguna novedad. Lo cual está por verse.”
Para la intervención, Palomar y el maestro de obra Juventino realizaron una serie de trazos. No los que regularmente se hacen en una construcción, esos con los que se ubican los componentes que la definen. En el muro de concreto aparente que acompaña todo el primer nivel de la obra, realizaron trazos siguiendo el patrón de moños para formar letras y palabras; para armar la frase de Henry Fielding: “¡Oh erudición! Ven y de tus vastas exuberantes bodegas, apilada en larga antigüedad, saca la rica profusión.”
Inicialmente, el texto parecía ser un dibujo con líneas en la pared. No era hasta que uno lo observaba detenidamente que las letras aparecían y las palabras se formaban. Para leerlo cómodamente, era necesario moverse por el espacio. Así, el texto se volvió parte del primer piso de la obra, un remate al llegar por la escalera y un acompañante al recorrerlo. Al estar pintado con gis azul sobre el gris del concreto aparente, no resaltaba mucho, de cierta forma se sumergía en él.
A pesar de acompañarla constantemente, la intervención no transformó de manera evidente la espacialidad de la obra (como, las intervenciones anteriores). Eso parece interesante por no caer en la tentación de resaltar en el espacio gris, sino por permitir que fuera éste el que resaltara y sólo ser un guiño al otro mundo. Dio la impresión de que el diálogo entre arte y arquitectura, en este caso, fue diferente. No fue la arquitectura la que contenía al arte, sino al revés. Y fue la utilización del trazo, básico para ambas disciplinas, lo que las conectó. Esto, sea novedad o no, invitó a una experiencia alternativa.
Próximas intervenciones:
23-24 Julio Perla Krauze
30-31 Julio Héctor Falcón
6-7 Agosto Gonzalo Lebrija
13-14 Agosto Enrique Rosas
20-21 Agosto Tom Chamberlain
27-28 Agosto Rivelino
NOTAS RELACIONADAS
LO MÁS LEÍDO.